4 posibles secuelas de una tortícolis congénita no tratada

¿Qué es una tortícolis congénita?

La tortícolis congénita es una deformidad del cuello en el que éste se presenta con inclinación cervical a un lado y rotación al lado contrario y está presente al nacer o aparece en los primeros días-meses de vida del bebé. La palabra tortícolis proviene del latín “tortus collum” y significa “cuello torcido”.

La tortícolis se presenta en un 0’4% de los nacimientos y la causa puede ser muy variable. La mayor parte de casos que un fisioterapeuta-osteópata va a tratar tienen un origen muscular pero hay que tener presente que la tortícolis congénita puede asociarse a  otras patologías como las luxaciones atlantoaxoideas, las hemivértebras cervicales, el síndrome de Kippel-Feil u otras alteraciones neurológicas.

La tortícolis muscular puede ser congénita si el bebé nace ya con esa actitud postural. Sería una torticolis producida intraútero asociada a una mala colocación de la cabeza del bebé o a una pelvis materna asimétrica. En otros casos la tortícolis muscular es post-natal y habitualmente se debe a un estiramiento del músculo esternocleidomastoideo durante el parto; cuando en un parto vaginal en presentación cefálica se ha producido la salida de la cabeza seguidamente se tracciona levemente de la cabeza en lateroflexión para ayudar al parto de los hombros. A veces este movimiento cervical genera tracción excesiva en el músculo y, como consecuencia, se producen a veces desgarros del mismo y la aparición de un nódulo visible y palpable en la parte lateral del cuello del bebé.

¿Qué puede ocurrir si no se trata una tortícolis congénita de manera idónea?

  1. La posición asimétrica de la cabeza puede hacer que aparezca una plagiocefalia. Del lado de la rotación cervical la cabeza apoya en la superficie de descanso y genera una zona plana occipital.
  2. La plagiocefalia propicia una posición asimétrica de los cóndilos occipitales que se puede compensar con la aparición de una escoliosis vertebral.
  3. La asimetría craneal genera asimetría facial. El tamaño de las órbitas es diferente, con lo cual la acomodación de la vista es asimétrica. Esto puede generar en el niño problemas tipo miopía, hipermetropía o estrabismo. El niño tal vez necesite gafas o tratamiento de optometría.
  4. La asimetría facial también se observa a nivel mandibular. Habitualmente se genera una torsión de las dos hemimandíbulas que puede generar problemas de oclusión dental (mordida cruzada).

Conclusiones

Si un bebé tiene tortícolis congénita es necesario hacer un tratamiento integral, recuperar no sólo la movilidad del cuello en sentido de la rotación sino también de la lateroflexión. Hay que trabajar la lesión intraósea del occipital y ganar mayor elasticidad en la zona.

Es mejor prevenir que curar, porque no sólo es un problema estético.

Dña. Marta Bono Mira

Fisioterapeuta- Osteópata DO
Profesora de la Escuela de Osteopatía de Madrid
Formador de profesores en la Escuela de Osteopatía de Madrid
Experta en Pediatría y Posturología
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1 comentario. Dejar nuevo

  • Y luego de adulto llegarán los dolores incapacitantes, la rigidez y los pitidos en los oídos y ningún médico va a ayudarte…

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